Digamos la verdad: elegir un casco representa un momento casi religioso para un motorista. Sopesamos todas las facetas posibles antes de comprarlo: en primer lugar, hay que tener en cuenta el uso que le vamos a dar para saber por qué tipo de casco decantarse. Después, elementos esenciales como la capacidad de protección, la comodidad y la funcionalidad, y, por último, el aspecto estético. Cada uno de nosotros tiene sus propios gustos y necesidades, pero hay ciertas pautas de las que no podemos escapar, independientemente de las preferencias personales.
Aquí tienes una guía de los elementos a tener en cuenta antes de elegir tu próximo casco.
La parte más destacada de un casco es la calota exterior. De hecho, se trata de un auténtico caparazón protector, hecho de diferentes materiales, a menudo en función del tipo de casco (fibra de carbono, fibras compuestas o policarbonato). La tarea principal de la calota exterior es protegerte de cualquier impacto con objetos externos, desde un encuentro trivial con un mosquito hasta auténticos impactos: la calota te protege disipando la energía de un golpe en una superficie amplia. Para adaptarse a la perfección a las diferentes tallas, suele haber varias tamaños de calota para cada casco. En el interior de la calota se encuentra otro elemento clave, el material absorbente. Si la calota exterior sirve principalmente para disipar la energía resultante de los impactos por una amplia zona, el EPS (poliestireno expandido, conceptualmente similar al poliestireno) se encarga de absorber la fuerza del impacto. Sin embargo, al no ser un material elástico, una vez comprimido y deformado no vuelve a su posición inicial: por eso, cuando ha absorbido un impacto, el casco no puede garantizar el nivel de seguridad para el que fue diseñado, y, por tanto, debe sustituirse.
Nuestra cabeza no está en contacto directo con el EPS, sino con el interior del casco. Por lo general, están diseñados para un confort prolongado, por lo que están hechos de materiales que absorben y alejan el sudor de la piel y son hipoalergénicos. Comprueba que sean desmontables, y, por tanto, lavables (en todos los mejores cascos el interior es desmontable), también porque la posibilidad de sustituir ciertas partes del interior es útil para adaptar mejor el casco a la forma de tu cara. Por ejemplo, si tienes una cara especialmente fina puedes necesitar un acolchado de mejillas más grueso que el estándar. Pero, sobre todo, es muy importante tener cuidado con elegir la talla adecuada para nosotros.
Los cascos utilizan una correa como sistema de cierre que (hay que recordarlo) debe estar siempre abrochada de forma correcta, no debe quedar, por supuesto, apretada, pero tampoco debe estar lo suficientemente floja como para colgar por debajo de la barbilla. El sistema de cierre de la correa puede ser de dos tipos:
Podría parecer una simple herramienta para asegurar una buena visión, pero la pantalla del casco es a todos los efectos una herramienta de protección. Intenta conducir con la pantalla abierta a altas velocidades... y pronto descubrirás que es imposible. Y no solo por el aire, sino sobre todo por los insectos o restos que puedan levantar del suelo otros usuarios de la carretera. Debido a esta necesidad de que la pantalla se convierta en un auténtico escudo para el rostro, tanto como lo es la calota para el resto de la cabeza, hemos aumentado el grosor de las pantallas para nuestros cascos AGV hasta en 5 mm, precisamente para ofrecer la máxima resistencia. Evidentemente, hemos cuidado la calidad óptica (comprueba que la visera del casco que vas a comprar es de clase óptica 1, la más alta, igual que la de las gafas graduadas) para no cansar tus ojos incluso después de muchas horas conduciendo. También puedes considerar los cascos con visera parasol retráctil, especialmente si planeas viajes largos en los que necesitas cambiar a menudo la pantalla clara/oscura. Recuerda que, para evitar el empañamiento en días húmedos, puedes optar por las pantallas Pinlock.
La homologación del casco asegura que ha superado una serie de pruebas que garantizan que cumple con los requisitos de seguridad previstos por la normativa vigente. Puedes comprobar la letra que indica el tipo de casco directamente en la etiqueta de homologación. En particular:
Una pequeña pero importante aclaración sobre esta cuestión: si un casco modular lleva solo la letra P, no puede utilizarse abierto, sino solo cerrado, como un casco integral.
Otro factor que hay que valorar antes de comprar un nuevo casco es la ventilación, que debe ser lo más regulable posible y estar dotada tanto de puertos de entrada como de extractores, para facilitar la circulación del aire alrededor de la cabeza. Especialmente en el caso de los cascos destinados a utilizarse con velocidades elevadas (autopista) o muy elevadas (circuito), también es importante que la forma de la calota se haya estudiado en un túnel de viento, para disminuir la resistencia aerodinámica, aumentando así el confort y disminuyendo el ruido (el casco es más estable y silencioso a altas velocidades).
Los cascos pueden dividirse en cuatro macrocategorías:
En realidad, debes saber que no existe una fecha de caducidad real para los cascos de moto: dependería de las condiciones de uso y de mantenimiento del casco. Ya sea en la luz o en la oscuridad, ya sea que el interior se haya lavado regularmente o no... Pero, podemos decirte que algunos componentes, como el EPS y el interior, tienden a deteriorarse con el tiempo, independientemente del uso que les demos. Por tanto, en general, aunque el casco no haya sufrido ningún golpe o traumatismo, es conveniente sustituirlo al cabo de cinco años.
Te habrás dado cuenta de que elegir el casco perfecto no es tan sencillo, porque hay que tener en cuenta varios parámetros. Por supuesto, lo más importante es saber qué vas a hacer con él. Una vez que hayas decidido el sector, se te abrirán un sinfín de posibilidades.