De las minimotos al Campeonato Mundial de Motociclismo, la trayectoria de Joan Mir se parece a la de muchos otros pilotos. Pero como pocos, enseguida demostró una voluntad de destacar fuera de lo común. Un talento innato junto a una predisposición para el sacrificio y el trabajo duro, que son los elementos esenciales para hacer de un atleta un campeón.
¿Cuál es tu primer recuerdo del mundo de las motos?
«Mi primer recuerdo se remonta a cuando tenía 4 o 5 años. Mi padre me regaló mi primera minimoto, con la que no hacía más que corretear por el patio de casa.»
¿Cuándo quisiste convertirte en piloto profesional?
«Cuando tenía nueve años. En esa época empezó realmente esta aventura. Me encantaba ir en moto a entrenar, me divertía cada vez más, y fue entonces cuando me di cuenta de que quería llegar a ser piloto profesional.»
¿Quién es la persona que ha influido más en tu trayectoria?
«Mi primo mayor. En 2008, corría ya con la 125cc, mientras yo estaba empezando.»
¿Qué valores has adquirido al convertirte en deportista profesional?
«He aprendido muchas cosas importantes, pero sobre todo he entendido la repercusión del sacrificio y del compromiso cuando se quieren alcanzar metas importantes.»
¿Cuál es el aspecto más importante de tu preparación?
«El más importante es el entrenamiento con la moto. También es necesario y muy útil hacer ejercicio físico en el gimnasio y en bicicleta, pero naturalmente para un motociclista, la actividad principal y la mejor es entrenar en moto; cualquier tipo de moto.»
¿A qué has tenido que renunciar para convertirte en piloto de MotoGP?
«He tenido que renunciar a muchas cosas, especialmente de niño. A esa edad empecé a entender lo que significaba sacrificarse. Mis amigos iban a fiestas, iban a divertirse, mientras yo a menudo no podía hacerlo, tenía que renunciar a todo eso para entrenarme. Recuerdo que no pude ir al cumpleaños de mi mejor amigo.»
¿Cuándo te diste cuenta de que podías convertirte en campeón del mundo de MotoGP?
«No fue un momento en concreto. Sin embargo, cuando salté a la cabeza del campeonato, la cuestión se hizo más concreta. Pero ese proceso duró varias carreras; cada vez que subía al podio me daba cuenta de que estaba acortando las distancias y recuperando puntos; que había más y más posibilidades de vencer.»
¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te despertaste el domingo por la mañana, antes de la carrera decisiva?
«¡Que podía convertirme en campeón del mundo!»
¿Tienes rituales para entrar en la condición mental que te ayuda a afrontar una carrera?
«Tengo varios y me ayudan a concentrarme. Por ejemplo, siempre me pongo el mono por el lado derecho; igual con las botas y los guantes, me pongo siempre primero el derecho, pero me subo a la moto por el lado izquierdo. Dos minutos antes de la sesión empiezo a ponerme el casco. Como decía, se trata de un procedimiento fijo que me ayuda a concentrarme y enfocarme en el objetivo.»
La mañana antes del segundo Gran Premio en Valencia, cuando ganaste, ¿cambiaste algo de esta rutina?
«No cambié nada de nada, hice todo como siempre. Para mí tenía que ser una carrera como las demás. Tengo que concentrarme siempre de la misma manera, cada vez que me subo a la moto.»
¿Qué sentiste al cerrar el gas después de cruzar la meta como campeón?
«Fue un momento espectacular; leer en la pizarra del box «Campeón del Mundo» fue algo increíble, como me lo había imaginado. Pero, en realidad, mejor.»
¿Cuál es tu próximo objetivo?
«Esta es fácil. ¡Llegar a ser campeón del mundo otra vez!»
¿Y cuál es el objetivo de tu carrera?
«El objetivo de mi carrera ya lo he conseguido, era precisamente convertirme en campeón de MotoGP. Lo difícil ahora es mantener el mismo nivel, será este objetivo el motor que me impulse a seguir adelante.»
Si no hubieras sido piloto, ¿qué te habría gustado ser?
«Mientras crecía y al comienzo de mi carrera nunca pensé en otras alternativas. Ahora que soy un poco mayor, creo que me habría gustado estar de algún modo en el mundo del motor, como competir en Fórmula 1 o en otra categoría de automovilismo.»
¿Como te describirías en tres palabras?
«Trabajador, apasionado y, por último, yo diría que soy un chico bastante normal.»
¿Qué es para ti la libertad?
«La libertad es hacer lo que te gusta. Poder elegir lo que quieres hacer y no solo en relación con las motos o los motores.»
¿La seguridad te da la libertad que necesitas para atreverte a más?
«Sí, si te sientes seguro tienes tal nivel de confianza que no tienes que pensar en lo que podría pasar si cometieras un error. Puedes concentrarte en lo que cuenta de verdad.»
Si pudieras robar algún aspecto de la técnica de conducción de tus contrincantes, ¿qué tomarías y de quién?
«Aún tengo mucho que aprender para crecer. No hay nada en concreto que les robaría, pero sí muchos aspectos en los que quiero trabajar, y seguiré haciéndolo.»
Cómo controlas el miedo?
«No tengo que controlarlo. Estoy preparado para lo que hago. Cuando estoy en la moto, no tengo miedo.»
¿Con qué mono y con qué casco soñabas de niño?
«Tenía tantos ídolos, mi modelo como piloto siempre ha sido Valentino. ¡Pero desde luego, Dainese y AGV!»
