El deslizador de rodilla es un componente esencial del mono de cuero. Para el aficionado que sale a la pista por primera vez, un deslizador con arañazos es la prueba de que se ha tenido un gran día. Para el experto, es uno de los muchos elementos, que tal vez se dan por sentado y que contribuyen al rendimiento. Sí, se da por sentado. No hay nada más predecible que la imagen de un piloto tumbando la moto, arrastrando la rodilla contra el asfalto o el bordillo. Pero hace cincuenta años, ángulos como los de hoy eran inconcebibles, y una rodilla que rozaba el suelo era una foto de portada en la revista semanal más popular.
En 1978, un marciano llega al mundial de motociclismo. Se llama Kenny Roberts, tiene pasaporte californiano y trae consigo un nuevo estilo de conducción que revolucionará el diseño de los monos del Gran Premio en poco tiempo. Él tumba la moto más que nadie y siente la necesidad de un tercer punto de contacto con la pista: es la primera vez que alguien apoya sistemáticamente la rodilla en el suelo en las curvas. Enseguida se pone de moda, y todo el mundo entiende que se ha abierto un camino, empezando a imitar a King Kenny y su moto amarilla y negra.
Una nueva necesidad
El cuero ya no es suficiente, no resbala y no puede resistir la abrasión causada por el asfalto. Hay que pensar en algo alternativo, y la elección recae en las pantallas usadas. Están moldeadas al gusto y pegadas al mono con cinta adhesiva, para poder apoyarse y arrastrar la rodilla sin preocupaciones, concentrándose en la velocidad del recorrido. Fue idea de los propios pilotos, que en pleno fin de semana de carreras decidieron experimentar con una solución artesanal, un claro signo de una incipiente necesidad.
Muy pronto, los fabricantes de monos intervinieron al servicio de los pilotos, para que pudieran expresarse lo mejor posible y probar este nuevo estilo de conducción. Así se creó el primer y rudimentario deslizador de rodilla, protagonista de evoluciones y mejoras durante la década siguiente, hasta llegar a su forma actual. Llega en 1981, introducido por Dainese: se le denomina «puercoespín» o «erizo», por su forma tan característica. Consiste en una serie de cilindros de plástico que salen de la base cuando se dobla la rodilla del piloto. Sin embargo, resulta poco práctico, ya que no es fácil de cambiar cuando se desgasta. Han quedado muy pocos ejemplares de monos que integran el deslizador de tipo «puercoespín», pero entre ellos destaca el del cinco veces campeón del mundo Toni Mang, que se conserva en el Archivo Dainese de Vicenza.
La búsqueda del rendimiento
Unos años más tarde, llega la segunda etapa de la evolución, parecida a la actual en cuanto a forma pero diferente en cuanto a la sustancia. Es de cuero, ovalado y más sólido que el anterior, pero su defecto es que no se desliza bien sobre el asfalto. Sin embargo, llega la aplicación con el velcro, que ofrece una rápida sustitución.
El siguiente, el tercero, conserva la forma ovalada de su predecesor, pero vuelve a ser de plástico. Estamos en 1986 y aún no es el deslizador definitivo, pero ya se está acercando. A principios de los años 90 llega el deslizador actual, parecido al anterior pero mejorado en su composición y perfil, más redondeado. Entre los primeros monos que integraron el deslizador moderno están los de Kevin Schwantz, piloto de Dainese desde 1993 y campeón de 500 cc en el mismo año.
Experimentación continu
Entre finales de los 90 y principios de los 2000, Dainese vuelve a experimentar, proponiendo primero un deslizador bimezcla y luego otro de enganche y desenganche rápidos. Pilotos de la envergadura de Carl Fogarty, Troy Bayliss y Daijiro Kato prueban y llevan a las carreras las últimas soluciones, pero no tienen éxito, ya que tienden a agarrarse al asfalto y no se deslizan de la manera deseada. Se decide volver al camino conocido, una señal de que no todo lo que es nuevo es una verdadera innovación. Mientras tanto, también se está trabajando para diversificar los deslizadores en función de las necesidades de los usuarios. La diferencia más marcada se da con el deslizador de lluvia, de mayor espesor para permitir el contacto con el asfalto a pesar de que tiene menos ángulos de pliegue. A continuación llegan los deslizadores High Durability, hechos de un material que otorga una mayor longevidad.
Desde 1978, año de la llegada del californiano Kenny Roberts, el diseño de los monos de carreras ha cambiado radicalmente. Y la revolución en la ropa para moto ha surgido de aquí, con la creación de soportes específicos para arrastrar las rodillas por el asfalto. El concepto de «resbalón» como defensa del cuerpo humano comenzó con el deslizador y a continuación fue plasmándose en varias soluciones, como las placas de metal en los hombros y en las rodillas. Estas placas, al igual que el deslizador, se deslizan sobre el asfalto para evitar que se desencadenen peligrosas rotaciones de las articulaciones. Solo después del 2010 llegaron los primeros deslizadores de codos, aunque mucha gente no sabe que ya en los años 90 algunos pilotos de 250 rozaban el suelo peligrosamente con los antebrazos.
