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    Descubriendo en moto caminos desconocidos, entre mar, montaña y desvíos obligados.

    Por Carlo Pettinato | 12 septiembre 2022 | 1 min
    Moto: Honda Africa Twin 750 RD07 '93
    Kilometraje: 900 km
    Dificultad: alta, la ruta desconocida que seguíamos nos llevó por caminos no recomendados para bicilíndricas.
    Duración: 4 días
    Época del año: junio
    Tiempo: variable
    Temperaturas: 20°C - 30°C
    Equipamiento básico: chaqueta y pantalón perforados, chaqueta impermeable, botas todoterreno, casco adventure, mochila con bolsa de agua, navegador GPS, kit de herramientas y recambios imprescindibles para la moto, neumáticos reforzados.

    Carlo Pettinato

    El autor

    Carlo Pettinato, 30 años, vivo para los deportes sobre ruedas (reforzadas, a ser posible), con y sin motor. Formo parte del departamento de marketing de Dainese desde 2017. Desde que tengo uso de memoria, mis pasiones son el enduro, el ciclismo de montaña y los rallies. Tras años en los campos de carreras, sumé una vieja Honda Africa Twin a mi moto todoterreno. Se abrió ante mis ojos un mundo nuevo, mucho más amplio y colorido. El de las exploraciones. Con las tierras salvajes de Cerdeña como punto de partida, sueño con las dunas del desierto.

     

    Alguien escribió una vez que hay dos tipos de viajes: hay quien está de vacaciones y tiene los días contados y un recorrido por completar en un tiempo determinado, y luego hay quien viaja por el puro placer de viajar y conocer. Entre ellos hay una diferencia sustancial. Quienes están de vacaciones suelen tener prisa, quienes viajan solo por viajar pueden darse el lujo de la lentitud, de saborear las tierras que atraviesan, de conocer sus gentes, y, si es necesario, de parar. 

    El segundo caso es más probable solo para unos pocos, ya sean soñadores valientes o privilegiados. Una situación mucho más habitual son las vacaciones, una semana o dos para recorrer esa región que nos atrae desde hace tanto tiempo. Ser capaz de hacerlo en moto, en lugar de por otros medios, es, en mi opinión, una auténtica suerte. Moviéndote en moto vives tus vacaciones de una manera diferente, no hay filtros entre nosotros y el entorno, puedes percibir olores y cambios de temperatura, se nos permiten desvíos y excursiones improvisadas incluso lejos del asfalto. 

    Sin embargo, al tener que respetar un programa, es mejor saber a dónde ir, para tener una ruta a seguir. Para no perder medio día dando vueltas sin tener una idea precisa de hacia dónde nos dirigimos. ¿O no?  ¿No siempre es cierto que una ruta de GPS es sinónimo de certezas? 

    Mis cortas vacaciones en Croacia de hace un tiempo son la demostración, al menos para mí, de que no, saber a dónde ir no siempre es lo mejor y que, por el contrario, a veces el camino maestro nos lleva a equivocarnos. Pero empecemos por el principio. 

    Asalto a las carreteras de grava de Friuli
    Asalto a las carreteras de grava de Friuli

    Un fin de semana largo en moto 

    Somos yo, Filippo y Francesco. Tres veteranos de los cinco participantes de la mítica vuelta a Cerdeña de hace tres años. Las motos son 2 de 3 iguales, todas Hondas de los 90, Africa Twin, Transalp, Dominator. Ya no tenemos todos esos días disponibles, pero tratamos de aprovechar al máximo un puente del 2 de junio que cae en jueves. El destino debe estar cerca, no podemos permitirnos días enteros de aproximación a la autopista o varios ferris. Otro requisito imprescindible es que haya off-road, para llevar nuestras viejas motos a divertirse, pero sobre todo hacerlo nosotros. La respuesta se encuentra en el párrafo anterior: Croacia. Bonito país, con playa, montaña, está a tres horas por autopista, las prohibiciones para motos todoterreno son menos estrictas que aquí, al menos eso creemos. Nos ponemos en marcha. 

    El día de aproximación en realidad existe, pero lo organizamos para que ya forme parte del «viaje». Encuentro en Padua la mañana del jueves 2 y autopista solo hasta la zona de Pordenone. Aquí metemos las ruedas entre las piedras, las de los guijarros de Cellina y Meduna. Seguimos por instinto algunas huellas de los 4x4 que discurren por las riberas más cercanas al cauce del río. Nuestra primera ruta gpx parte desde el pueblo de Vivaro, y la hacemos básicamente para cruzar la región de Friuli de forma alternativa y evitar al máximo el asfalto. La ruta va hacia Buttrio, pasando al sur de Udine. Al ser una zona llana, no esperamos caminos ni vistas impresionantes, pero los caminos anchos de tierra que cruzan los campos son suaves y agradables, especialmente al caer la tarde, cuando el sol comienza a ponerse y la luz cambia. Seguimos la ruta solo hasta las proximidades de Pozzuolo del Friuli y luego nos desviamos hacia el mar. El primer destino de la noche es Aquileia. Aprovechamos para cruzar Palmanova, una espléndida ciudad fortificada veneciana del siglo XVI, única por su planta poligonal de 9 lados. Pasamos la noche en Grado, una ciudad costera nacida en el siglo V donde hay varias excavaciones de mosaicos antiguos en pleno casco antiguo. También merece una visita, y, como todo centro turístico, está llena de lugares para cenar. 

     

    El viernes salimos del apartamento en dirección a Trieste, concretamente a Dolina, donde empieza la verdadera pista que tantas ganas tenemos de descubrir. Una ruta organizada en los últimos meses por un cuarto amigo que tuvo que renunciar al viaje unos días antes de la salida, y a quien rendimos homenaje yendo a la aventura. Y aquí tenemos muy pronto la demostración de la que hablaba al principio. 

    Una ruta programada no es un sinónimo de certeza 

    Dejando el asfalto subimos cuesta arriba por un camino pedregoso que apenas 100 metros más adelante se encuentra con las vías del tren. El camino continúa después de estos raíles, es impensable cruzarlos con una moto de 200 kg, además porque unos metros antes de las vías hay una barrera infranqueable para cualquier moto que no sea de trial. 1 minuto después de nuestra salida real ya nos vemos obligados a realizar el primer giro en U. Tenemos que cruzar la frontera Italia-Eslovenia por asfalto y encontrar la manera de reincorporarnos a nuestra ruta un poco más adelante. En cualquier caso, tratamos de evitar las principales vías de comunicación para disfrutar, aunque sea por carretera, de los bosques y vistas de esta zona fronteriza.  

    El plan es cortar Istria limpiamente y dirigirnos directamente a Dalmacia, teóricamente casi a la altura de Zadar. Pero, como manda la tradición, hemos evitado reservar ningún alojamiento esperando al último momento, más que nada para no tener que correr para recuperar el tiempo y los kilómetros perdidos. Y quizás, viendo los imprevistos, hemos hecho lo mejor. 

    Por lo tanto, cruzamos a Eslovenia, donde por fin conseguimos meter las ruedas fuera de la carretera. Nos espera un amplio y tranquilo camino de tierra que discurre entre pinos marítimos, a unos cientos de metros sobre el nivel del mar. Cada cierto tiempo el camino sale del bosque y atraviesa un claro desde el que todavía se ve a la derecha el puerto de Trieste con todos sus barcos. Ahora empezamos a sentir de verdad que estamos de vacaciones. 

    En las colinas fronterizas entre Italia y Eslovenia, al fondo el golfo de Trieste se difumina en el cielo
    En las colinas fronterizas entre Italia y Eslovenia, al fondo el golfo de Trieste se difumina en el cielo

    Kilómetros después, la pista se desvía de la carretera principal y se lanza a un camino fluido que vuelve a adentrarse en el verdísimo interior. La velocidad media desciende, pero seguimos atravesando bosques y claros de singular belleza, y la vegetación y los olores cambian. Durante mucho rato no vemos ni un alma ni signos de civilización, aparte del camino por el que vamos. Una vez más deberíamos cruzar la frontera, esta vez Eslovenia-Croacia, fuera de la carretera. Pero, ¿qué podemos hacer? ¿No hay aduanas para entrar en Croacia? Sí, hay aduanas y tienes que enseñar tus documentos. Lo entendemos cuando, todavía en el camino y en medio del bosque, nos encontramos frente a una enorme puerta de metal enrejada, con una cerca de tres metros de altura y rollos de alambre de púas. Otro giro en U. ¿Lo veis? La ruta gpx no es sinónimo de planes acertados. Volvemos atrás y llegamos al asfalto, todavía por unos espectaculares caminos de tierra que atraviesan un hayedo. Aduanas entre Starod y Pasjak, documentos, y, mientras tanto, es hora de almorzar. ¿Cuántos kilómetros hemos recorrido hasta ahora? Mejor no pensar en ello. 

    En un restaurante sin pretensiones de Permani, el cevapcici y el cochinillo asado (excelente) nos parecen lo mínimo para levantarnos el ánimo tras una mañana agridulce que no nos deja satisfechos. Maravillosas rutas pero demasiados desvíos forzados y mucho tiempo perdido. Intentaremos recuperarnos por la tarde. La pausa para el almuerzo también es nuestro momento favorito para elegir el destino de la noche. Dada la media horaria mantenida hasta el momento, y sin saber qué esperar, moderamos nuestra ambición y buscamos alojamiento en Senj, en el mar, a unos ochenta kilómetros más al sur. 

     

    Enduro extremo con motos de viaje 

    Una tarde que comienza bien por un camino lento y pedregoso pero fluido, aún inmerso en la naturaleza. Un poco más adelante el emocionante encuentro con un pequeño grupo de gamos, un placer del que disfruto solo yo, ya que voy abriendo la pista, y me detengo de inmediato a preguntar a mis amigos si han logrado verlos, pero por su «¿qué?» me doy cuenta de que no han tenido tanta suerte. Cruzamos otro espléndido claro verde que sería perfecto para acampar, si tuviéramos tiendas de campaña y fuera ya de noche. Pero seguimos adelante, el camino se estrecha peligrosamente, discurre junto al lecho de un riachuelo seco, aparecen algunas piedras pero todo puede ser. Echo un vistazo al GPS y veo que la ruta asciende peligrosamente en línea perpendicular respecto a las curvas de nivel. Empezamos a preocuparnos, pero como buenos pilotos de enduro, o eso creemos, intentamos continuar. También porque estamos en medio de la nada, y dar la vuelta una vez más supondría encontrarnos a media tarde con muy poco camino recorrido. 

     

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    El camino sube por la ladera de la colina, cada vez más estrecho, empinado, pedregoso y menos transitado. Recuerdo que dos de tres de nosotros vamos con motos de dos cilindros, perfectamente reforzadas, y sin mucha carga, pero siguen siendo de dos cilindros y también tienen 30 años. Cuando me doy cuenta de que tengo que tirar de los riñones para empujarme a mí y a la moto por un escalón de roca y rezar para no perder el equilibrio, me doy cuenta de que lo que estamos haciendo ahora es verdadero enduro, pero básicamente con motos de carretera. Es enduro sin dificultad,no faltaría más, con unas monocilíndricas especializadas pasarías por aquí sin problemas, pero ahora nos vemos obligados a sudar cuatro camisas. Después de lo que parece lo peor, paro la moto y me dispongo a echar una mano a mis compañeros, que afortunadamente pasan ilesos. 

    Vuelvo a echar un vistazo al Garmin. Sí, es por aquí. Lo que oficialmente se ha convertido en un camino de herradura continúa con unas curvas cerradas que hay que subir estrictamente en primera y con el embrague en la mano. Cuando mi Africa enciende el ventilador de enfriamiento, empiezo a temer seriamente por la salud del embrague, trato de usarlo con moderación para no quemarlo y quedarme en tierra caminando en mitad de un bosque olvidado de la mano de Dios. Otra pausa y unos metros más abajo escucho el ruido inconfundible de una caída. Es Francesco con su Dominator, que ha perdido el equilibrio en medio de una curva a la derecha muy inclinada. Por suerte, nada grave: piloto ileso, palanca del freno delantero partida por la mitad, por tanto todavía se puede usar, espejo roto y guardabarros doblado. Aprovechamos para recuperar el aliento, los tres nos miramos con aire angustiado y lanzamos maldiciones al compañero ausente que nos ha organizado la ruta. Piercarlo, ¿dónde estás? Deberías estar aquí sufriendo con nosotros. 

    Pero aún falta mucho para terminar el terreno pedregoso. Todavía quedan tres o cuatro de estas curvas cerradas y empinadas, y además las líneas de contorno me dicen que deberían empezar a disminuir las pendientes. Subo despacio y con la máxima atención, una caída aquí entre las piedras con 230 kg de moto podría ser la ruina. La ladera se aplana, respiro aliviado y por fin empiezo a darme cuenta de dónde estamos. Este camino de herradura parece ser un antiguo camino pavimentado a tramos, señal de asentamientos humanos que con toda probabilidad se acoplaba a los muros de piedra seca en medio del bosque que habíamos divisado antes de empezar la subida. Algo de satisfacción en medio de tanto esfuerzo. Solo entonces me atrevo a pensar qué habría pasado si el suelo hubiera estado húmedo.

     

    Cuando el sendero comienza a descender, otro encuentro impresionante. No son gamos, sino un grupo de ciervos adultos con unas impresionantes cornamentas. Libres en un bosque de árboles bajos y con poco follaje que deja mucha visibilidad. Esta vez los tres tenemos tiempo para detenernos y admirarlos mientras se alejan sospechosamente de nosotros. Un auténtico espectáculo que nos pone la piel de gallina.  

    Un poco más allá de este emocionante momento, el sendero por fin cruza un camino de entrada. Nuestra ruta de gpx giraría a la izquierda, subiendo de nuevo hacia la cima de la montaña, quién sabe qué vista nos esperaría allí arriba, ni hace falta decirlo. Merecería la pena volver y terminar el recorrido, pero hay que hacerlo con unas motos más ligeras. Ahora ya está bien entrada la tarde, estamos empapados en sudor y creemos que la última hora representaba un día completo de off-road. Giramos a la derecha y volvemos a la civilización. Moraleja de la historia: volvemos a poner las ruedas sobre el asfalto a pocos kilómetros de donde almorzamos, para una media horaria que probablemente ronde los 10 km/h. Ahora Google Maps y derechos a Senj. La carretera de la costa combinada con el clima templado y la luz que casi se torna en la del atardecer convierte el descenso hacia nuestra etapa final en una hora de relajación total.  

     

    Un collage improvisado de caminos de tierra croatas 

    La cena es un momento para charlar y recordar una vez más lo que hemos pasado, para que no se nos olvide. Y también para tratar de entender qué hacer con el resto de nuestras vacaciones. Mientras tanto, en nuestra mesa, a escasos metros del precioso puerto de Senj, llegan platos de calamares a la bùzara, calamares a la plancha, pulpo con patatas y entremeses con raya en aceite y otras delicias.  

    No tenemos ninguna esperanza de terminar la vuelta. Al final de la primera etapa croata estamos quizás a la mitad del recorrido previsto y la confianza en la continuación del viaje empieza a vacilar. Pero aún nos quedan dos días por disfrutar, así que optamos por un improvisado copia y pega entre los restos de la ruta del día 1, a recorrer en sentido contrario, y el sagrado TET, Trans Euro Trail, que no pasa muy lejos de aquí. Todos los meses de planificación se han ido a freír espárragos. 

     

    El tercer día, el segundo en Croacia, comienza escalando las montañas por encima de Senj, pistas fluidas con vistas al mar y la isla de Krk. Volvemos hoy hacia el norte, siguiendo solo anchos caminos de tierra entre hayedos que se alternan con bosques de coníferas. Carreteras ideales para el mundial de rally, pensamos nosotros. Alternamos nuestra ruta con la TET en un collage que funciona sorprendentemente bien, solo con una inversión forzada debido a una barrera al comienzo del camino y el almuerzo en Delnice. Todavía estamos en medio de la nada cuando el Garmin me dice que deje la carretera principal y suba al pinar por un camino de herradura que parece fluir. Lo intentamos. Subimos un par de kilómetros y otro desvío nos llevaría a una única pista que vuelve a tener toda la pinta de ser un auténtico recorrido de enduro. No nos dejamos engañar, volvemos a la carretera principal y seguimos nuestro instinto hacia el nuevo final de etapa señalado en Rijeka. Un poco más adelante descubrimos que estamos cerca de la frontera con Eslovenia, en la Meseta de Gumance. Un espléndido y enorme claro verde en medio del bosque con ruinas de edificios de piedra que probablemente alguna vez fueron una antigua aduana. Aquí también una antigua cantera que no puedo dejar de explorar en moto. Atravieso charcos y montones de grava hasta que me quedo encallado. Pido ayuda y entre los tres conseguimos rescatar a mi Africa Twin. 

    Vistas al mar por la noche nuevamente en la hermosa pero descuidada Rijeka. Otros calamares a la plancha nos llenan el estómago mientras elaboramos un programa para el último día completamente atípico y poco acorde con la intención aventurera del viaje. Visita al Automotodrom Grobnik, el mítico circuito de Rijeka inaugurado en los años 70 y donde se disputó el Gran Premio de Yugoslavia del campeonato mundial hasta 1990. Un pista ancha y rápida, rebosante de adrenalina. Venimos no solo por la importancia histórica del lugar, sino sobre todo para reunirnos con un amigo y antiguo compañero que está aquí con su moto de pista. Una mañana alternativa, un placentero almuerzo en las colinas con vistas a la pista y volvemos a ponernos en marcha para regresar a casa. Conseguimos evitar la cola de la aduana pasándola por el estrecho y remoto paso de Podgorje, y cuando llegamos la fila es de tres coches. 

    Desde Trieste en adelante, solo autopista, para tardar menos y recordar cómo siguen siendo de válidas y fiables nuestras motos de hace treinta años. ¿Con cuántos otros medios habríamos podido pasar del camino de herradura con curvas cerradas de anteayer a la A4 Turín-Trieste?  

     

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    Cómo preparar al piloto y la moto para el viaje 

    Si hay muy poco que hacer en la moto en una sola vacación de cuatro días, y toda la preparación y la elección de los neumáticos deben hacerse antes, es importante prepararse para las condiciones meteorológicas variables, para no desorientarse frente a cambios de clima u otros eventos imprevistos. 

    Para este viaje en moto por Croacia a principios de junio, admito que fui demasiado optimista, sobre todo en cuanto a las temperaturas se refiere. Se esperaban máximas por debajo de los 30°C, por lo que opté por un traje de cuatro estaciones, usado en su configuración más veraniega con todas las ventilaciones abiertas. Sin embargo, debido a la intensa conducción todoterreno, pasé calor durante buena parte del tiempo. Me encontré perfectamente cómodo solo de vez en cuando, a lo largo de las secciones más altas y solo a la sombra en medio del bosque. Para obtener más aire a través de las secciones de baja velocidad, a menudo tenía que viajar con la chaqueta medio abierta. Sin duda habría estado mejor con un traje calado de verano, tal vez con una capa más para los traslados nocturnos.  

    Las botas de motocross, por otro lado, son mis favoritas para cualquier ruta de aventura. Estoy acostumbrado a ellas, me encuentro a gusto, siempre las he usado con la moto de enduro y para mí son como unas zapatillas de deporte. Prefiero renunciar a un poco de funcionalidad pero ganar la máxima seguridad y confianza cuando las cosas se ponen serias fuera de la carretera. Acertada la elección del casco adventure, que combina la comodidad de un casco de carretera con la ventilación y la visera de uno de cross, y de los guantes todoterreno con protecciones rígidas en los nudillos. 

    Nunca voy a excursiones como esta sin mi mochila, equipada con una bolsa de agua de 2 litros. Estoy acostumbrado a beber mucho y tener agua siempre es fundamental para mí. También es cómoda para guardar objetos que pueda necesitar con frecuencia, como una carcasa resistente al agua, la cartera, una power bank, gafas de sol, etc.  

    Respecto a la preparación de las motos, habiendo estado solo tres noches fuera de casa, hay poco que decir más allá de la elección de los neumáticos. Para estos trayectos cortos mixtos carretera-tierra siempre opto por neumáticos reforzados agresivos. En asfalto duran poco, es cierto, pero prefiero estar seguro y divertirme en off-road. En este caso concreto, para los caminos que afrontamos, los Mitas E09 fueron una excelente opción, sin duda entre los neumáticos más todoterreno para este tipo de motos.  

    Por lo demás, bastaba con una bolsa bien atada en el portaequipajes. Una correa y una araña elástica lo mantuvieron perfectamente en su sitio todo el tiempo. En ella guardé, junto con las mudas de ropa, directamente mi mochila de enduro, donde guardo las herramientas esenciales para salidas y carreras. Destornillador plano, destornillador Phillips, alicates con cúter, tijeras, llaves de 8, 10, 11 y 13, llave para la tuerca de la rueda trasera, juego de tornillos allen, alambre, bridas y algunos tornillos y tuercas mixtos. Con este set me las arreglo más o menos bien siempre, a pesar de no tener grandes dotes como mecánico. En la parte inferior del sillín de la moto: bomba de gasolina de repuesto (uno de los dos defectos de la vieja Africa Twin es que se rompe la bomba de gasolina, el otro es el regulador de voltaje), cinta americana, cinta aislante, otras abrazaderas y dos bombonas para inflar y reparar en caso de pinchazo. Estas últimas suelen ser inútiles, pero no siempre. En cambio, renuncié a mi fiel bolsa para llevar sobre el depósito, muy útil pero incómoda cuando tienes que salir de la carretera y conducir de pie. 

    En el manillar: soporte para teléfono móvil en el lado izquierdo, utilizado solo para los traslados por carretera con Google Maps; reproductor GPS Garmin en el lado derecho, utilizado para todos los tramos off-road donde tuviéramos una ruta a seguir. 

     

    Y hemos llegado a la conclusión. Esta bendita ruta. ¿Hicimos bien en seguirla o no? Si Piercarlo no hubiera pasado la primavera planeando el viaje, no lo habríamos hecho (además, sin él). Así que sí, fue esencial para el éxito de nuestro largo fin de semana. Pero puedo decir con certeza que la mayoría de los tramos todoterreno más bonitos y agradables, para las motos que montamos, los encontramos moviéndonos por instinto entre el mar y las montañas croatas. Entonces, ¿qué? No se puede sacar ninguna conclusión real. Si estás al corriente de rutas probadas por viajeros de los que os fiáis, seguidlas, faltaría más. Sin embargo, esto quita esa parte de la improvisación que, aunque en ese momento puede parecer una frustrante pérdida de tiempo, al final, como la sal, le da más sabor a toda la aventura. Así que, tanto si sabes metro a metro a dónde te diriges como si no, lo importante es ponerse en marcha. 

    Equipamiento básico

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    Casco Adventure

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    Chaqueta ventilada

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    Pantalones de tela

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    Botas Adventure

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    Protector de espalda

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    Guantes de tela

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    Camiseta técnica

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