Viajar en moto en verano puede reservar muchas alegrías. Calas secretas, playas desiertas... a menudo, con una moto y un poco de imaginación, puedes llegar a lugares increíbles, que a pie o en coche estarían fuera de tu alcance. Solo tienes que indicar un punto en el mapa, a ser posible a lo largo de la costa, y ponerte en marcha.
Pero tienes que estar preparado. Viajar con 30 grados centígrados o más requiere precauciones que no son tan obvias con las temperaturas de primavera. ¿Cómo comportarse entonces para no sufrir con el calor y disfrutar de la carretera?
1. Primera regla si estás planeando un viaje de verano en climas cálidos: disponer de un traje adaptado a las temperaturas con las que nos vamos a encontrar. La mejor solución es una combinación de chaqueta y pantalones perforados. Las prendas de malla o de tela perforada son la mejor solución para combinar transpirabilidad y seguridad. Si no puedes o no quieres tener un traje para cada estación, asegúrate de que la membrana impermeable de tu chaqueta sea extraíble, y de que tenga amplias tomas de ventilación. No les des menos importancia a los pantalones: una prenda ventilada es mucho más fresca que, por ejemplo, unos vaqueros, por muy cómodos y prácticos que sean.
2. Sigue el primer consejo y ponte prendas técnicas, ¡es importante! No cometas el error de creer que es más cómodo y fresco viajar en manga corta. Ten en cuenta que exponer tu piel al sol es mucho peor que taparte. A las pocas horas, la piel al descubierto está expuesta a un riesgo muy elevado de quemaduras, aunque uses protector solar alto.
3. Conducir sin guantes y en zapatillas no es la solución a tus problemas. En cuanto a las manos, ocurre lo mismo: cubrirlas con un par de guantes ligeros y ventilados otorga más confort que conducir sin ellos. Y eso sin pensar en lo que podría ocurrir en caso de un simple resbalón a baja velocidad. Del mismo modo, hazte con un par de botas de verano. Hay modelos para climas cálidos, que ofrecen la misma protección que las versiones más robustas. Recuerda que un zapato o bota no técnico nunca puede protegerte como un calzado certificado. Y piensa en cuántas veces apoyas los pies en el suelo, y no porque te caigas. Disponer de protección y apoyo en la zona del pie y el tobillo es mucho más importante de lo que se suele creer.
4. Existen protecciones diseñadas para que el piloto no sufra con el calor. La tecnología Dainese Pro-Armor, por ejemplo, nació para ofrecer un protector certificado pero casi imperceptible. Su superficie está perforada en un 43 %, lo que permite al cuerpo alejar el calor y limitar significativamente la sudoración. Existen numerosas versiones de Pro-Armor: protector de espalda tradicional, protector de espalda de bolsillo, protección para el pecho, con las mismas características de transpiración.
5. Si tienes que elegir un nuevo casco, el modular puede ser la solución para combatir el calor. La posibilidad de levantar la mentonera en las paradas más breves es de gran ayuda para refrescar la zona de la cara. El jet ofrece naturalmente una mejor ventilación, pero el aire caliente en la cara no es ningún placer. Además, no te protege de los insectos, que pueden llegar a ser muy dolorosos contra la cara incluso a bajas velocidades.
6. El calor y el sol abrasador casi siempre van de la mano. Consigue una pantalla oscura, que ayuda a mantener la vista descansada y protege todo el rostro de la luz, que a determinadas horas del día puede resultar cegadora, suponiendo un peligro para conducir. Si tu viaje implica pasar noches fuera de casa, es posible que tengas que usar tu moto de noche, así que recuerda llevarte también la pantalla clara de recambio.
7. Al igual que con el traje, la ropa interior técnica es más cómoda que una camiseta de algodón. O incluso que no llevar nada bajo tu chaqueta. La ropa interior deportiva está hecha con materiales transpirables que ayudan al cuerpo a regular su temperatura, absorbiendo el sudor y alejándolo eficazmente de la piel.
8. Lleva siempre contigo una chaqueta impermeable. Ya sabemos que el verano puede reservar tormentas repentinas y siempre conviene estar preparado. Si tus vacaciones duran varios días y utilizas la moto para desplazarte de noche, la chaqueta perforada podría ser demasiado ligera, a no ser que disponga de un forro cortavientos. Si, en cambio, viajas con una chaqueta con membrana impermeable desmontable, asegúrate de llevar esta última contigo.
9. La hidratación es la clave de todo. La deshidratación, incluso latente, lleva a cansarse mucho más rápido, ralentiza los reflejos y, por lo tanto, te expone a mayores peligros: no hay que subestimarla. Es importante beber a menudo, y, durante un viaje en moto, no hay nada mejor que poder beber sin tener que parar cada vez. Una mochila con bolsa de agua es ideal para satisfacer esta necesidad. Una mochila pequeña y ligera también puede ser muy cómoda para almacenar los artículos más utilizados, sin tener que ir a rebuscar en las bolsas de la moto.
10. Hay algo con lo que no se puede luchar ni con la ropa adecuada, típico de las rutas de verano y potencialmente muy molesto: abejas, avispas y tábanos pueden colarse en las mangas o el cuello de la chaqueta y picar sin piedad. Un stick calmante para aplicar después de la picadura no pesa nada y puede aliviar mucho el dolor. Llevarlo contigo puede marcar la diferencia.
Prepararse para un viaje siempre es importante. Pero, cuando se trata de sumergirte en un clima extremo, tanto caluroso como frío, es imprescindible. Nos gusta conducir con las manos congeladas y tampoco nos gusta que la chaqueta se convierta en una sauna, ni llegar a nuestro destino con los ojos y la cara quemados por el sol. Así pues, si tomamos unas cuantas precauciones podremos disfrutar plenamente de nuestro verano en moto.