La historia de cómo Dainese y el deportista Philippe Perakis inventaron las primeras protecciones para bicicleta de montaña de descenso a principios de la década de los noventa. Lee más sobre Demonerosso
La historia de cómo Dainese y el deportista Philippe Perakis inventaron las primeras protecciones para bicicleta de montaña de descenso a principios de la década de los noventa. Lee más sobre Demonerosso
La historia de Dainese en el ciclismo de montaña comenzó a principios de los años noventa. Un joven Philippe Perakis, un deportista de esta nueva disciplina, se presenta en el stand de Dainese durante el salón de la moto de Colonia, llevando consigo una protección de moto modificada a mano. Se trata de un chaleco de seguridad de Dainese al que Philippe, con la ayuda de su madre, ha añadido placas de fibra de carbono.
Es un experimento casero, pero manifiesta la necesidad de protegerse en un deporte en ciernes. El vehículo del que disponen los corredores es poco más que una bicicleta de cross. La oscilación de la suspensión es reducida, por no decir nula, y las geometrías, vistas con una mirada actual, no son nada adecuadas para el descenso, pero las velocidades que se alcanzan ya son altas, así que la ropa debe adaptarse.
Perakis encuentra en Dainese un terreno fértil, y fruto de este encuentro nace una larga y fructífera colaboración. Todo comienza como siempre con las necesidades de un deportista, que el departamento de diseñadores e ingenieros de Dainese analiza y plasma en una solución concreta.
Al poco tiempo llega una de las primeras, si no la primera, protección para bicicleta de montaña. Es un mono de una sola pieza diseñado expresamente para la disciplina de descenso: el Overboost. El nuevo mono supone una pequeña revolución, una combinación de licra y protecciones compuestas en las zonas más expuestas a los impactos: hombros, codos, rodillas, muslos, pecho y zona cervical. No puede faltar la espaldera, que, tras su debut en el motociclismo en el 79, sigue siendo la protagonista de un desarrollo incesante.
Perakis también cobra notoriedad por el extravagante aspecto de su indumentaria. Antes de él, muy pocas personas, por no decir ninguna, habían llevado protecciones para el descenso. Casi parece un astronauta prestado al ciclismo de montaña, y algunos le llaman así. Pero lo que da que hablar sobre todo son sus actuaciones, inconcebibles para cualquiera hasta este momento sin el equipo adecuado.
Philippe es el primer hombre del mundo que supera los 100 km/h en una bicicleta de montaña, y lo hace con ocasión de la legendaria Mammoth Kamikaze, la carrera de Mammoth Mountain en California. La Kamikaze, nacida a finales de los 80, se recuerda como una de las carreras de descenso más descabelladas del mundo. Los corredores se lanzaban desde la cima de la montaña, a más de 3.000 metros, por los rápidos caminos cortafuegos en unas bicicletas con sistemas de suspensión y frenado muy rudimentarios.
Entre otras hazañas, Perakis hizo historia al rozar los 200 km/h en la pista récord de Vars (Francia), llevando puesto un mono Dainese. Y la eficacia de sus protecciones pronto convenció a imitarle a muchos de sus colegas. Todos ellos enseguida se dieron cuenta de que solo con protecciones específicas para bicicleta de montaña uno puede expresarse al máximo, y que la sensación de seguridad es la chispa que lleva al máximo rendimiento.
En 1995, los Campeonatos del Mundo de Mountain Bike se celebraron el 19 de septiembre en Kirchzarten (Alemania). Nicolas Vouilloz, que entonces tenía 19 años, se impuso a la competencia y ganó el primero de sus siete títulos mundiales Elite en Descenso, a los que se añadieron tres títulos Junior. Vouilloz es el primer campeón que viste Dainese y es la estrella que lleva a la marca al primer plano en las pistas de descenso del panorama internacional.
Entre finales de los 90 y principios de los 2000, los grandes corredores llevaban protecciones Dainese para bicicleta de montaña. De Fabien Barel a Cedric Gracia, pasando por Shaun Palmer y Anne Caroline Chausson. Con este ímpetu nace una línea completa de productos para el ciclismo de montaña, y, en especial, para el descenso, que actualmente se encuentra, por derecho propio, entre los deportes de acción más revolucionarios. Una disciplina que está protagonizando una evolución rápida e implacable, que hace que bicicletas de pocos años estén ya obsoletas.
La ropa, y sobre todo las protecciones, han de seguir el ritmo, y así pasamos de las protecciones más sencillas de los primeros tiempos a unos verdaderos concentrados de tecnología. Rodilleras cada vez más estructuradas, chalecos de seguridad cada vez más cómodos, ligeros y eficaces, nuevas soluciones y materiales de vanguardia, como resultado de la investigación y el estudio científico.
En algunos casos, pasamos de las protecciones rígidas a las blandas, para que los deportistas estén en las mejores condiciones posibles y satisfacer cada pequeña necesidad de los mejores corredores, incluso mezclando elementos procedentes de otros deportes, como las placas metálicas de los monos de los pilotos de MotoGP™ aplicadas a las rodilleras de ciclismo de montaña. La aportación de los campeones siempre resulta fundamental para el desarrollo de la producción en serie. Para llevar a todos el beneficio de la intuición de unos pocos.
Como suele ocurrir, las grandes ideas nacen de un prototipo rudimentario. Al igual que los pilotos de MotoGP de los años 70 utilizaban viseras viejas en lugar de deslizadores, Perakis recicló un protector de moto, modificándolo en casa hasta dar con lo que necesitaba.
En el fondo, eso es lo que suele ocurrir: del banco de pruebas más extremo, de la alta competición, surgen inspiraciones que con frecuencia cambian el destino del deporte, y para siempre, la mentalidad de los aficionados, tanto en lo que se refiere al medio mecánico como al equipamiento.