Con más de 70 años de historia, AGV no solo se ha dedicado a las motos. La marca tricolor también ha triunfado en la categoría máxima del automovilismo: la Fórmula 1. Tras establecerse en el motociclismo gracias a Giacomo Agostini, AGV debutó en las cabezas de los pilotos de los monoplazas a principios de los años 70.
AGV no se conformó con participar. Todo el mundo estaba acostumbrado a ver los cascos italianos por delante de todos, y la historia no podía cambiar, al añadir dos ruedas más. Por otro lado, el logotipo en sí narra una historia plagada de éxitos. Cuenta la leyenda que el escudo tricolor es la reproducción esquemática del casco de Agostini visto desde atrás, tal y como lo veían sus rivales.
Con este propósito, Gino Amisano, fundador de la empresa, ofreció a los mejores pilotos del momento un contrato con AGV. Los cascos producidos en Valenza, en la provincia italiana de Alessandria, debutaron y empezaron a ganar poco después.
El primer piloto que condujo al triunfo a AGV en la Fórmula 1 fue el brasileño de ascendencia lucana Emerson Fittipaldi. En 1974, el piloto de São Paulo pasó de Lotus a McLaren y se hizo con el segundo título de su carrera, después del título del 72.
El año siguiente para AGV fue, si es posible, aún mejor. El coche campeón del mundo se tiñó de rojo Ferrari. Al volante, un joven austriaco que en aquel momento no llegaba a treinta años, y que de ahí a poco entraría de pleno derecho en el reservado club de pilotos legendarios. Niki Lauda, un nombre que no necesita presentación.
En aquel 1975, Lauda estaba en su segundo año con la casa de Maranello, y era, a todos los efectos, uno de los pilotos más acreditados para el título mundial. Y se hizo con la victoria, con cinco éxitos y casi dos carreras de ventaja sobre Fittipaldi al final de la temporada.
Precisamente a ese año se remonta la llegada a las pistas de uno de los cascos más icónicos de la Fórmula 1: el AGV X1. Este modelo, indiscutiblemente moderno para su época, sigue siendo inconfundible debido a la vistosa toma de aire en la parte superior de la calota.
Curiosamente, el AGV X1 también fue utilizado por la única mujer que obtuvo puntos en la historia de la F1. Lella Lombardi, una conterránea de AGV, obtuvo medio punto en el Gran Premio de España de 1975. La carrera quedó interrumpida por un accidente mientras se encontraba en la sexta posición, el último puesto útil para conseguir puntos. Como la distancia recorrida hasta ese punto no era suficiente, todos los pilotos recibieron un puntaje reducido a la mitad.
La historia de AGV en la Fórmula 1 no se detuvo ahí, y tampoco cesaron los éxitos. En 1980, fue el turno del australiano Alan Jones, que se impuso con el blanco Williams FW07. En el 82, le siguió Keke Rosberg de nuevo con Williams, mientras que el último título para la marca de Valenza llegó en 1987 de la mano de Nelson Piquet.
En poco menos de veinte años en las pistas, AGV ha coleccionado cinco títulos y un sinfín de victorias y podios, demostrando que la vocación por la victoria no tiene límites entre los deportes.