Elegir un casco de bicicleta de montaña suele ser un momento difícil, hasta para los más experimentados. Pero antes de considerar las infinitas variables debidas a las características diferentes de los cascos, vamos a empezar con una macro discriminante: ¿casco integral o abierto?
Para algunas disciplinas no cabe ninguna duda: para el cross country siempre se ha adoptado un casco abierto, mientras que el descenso es sinónimo de casco integral. Sin embargo, todo lo demás es una especie de zona gris, en la que cada solución puede ser válida, con sus pros y sus contras, también y sobre todo en función de tu estilo de conducción y tus preferencias. Vamos a ver cuáles son las ventajas de ambos tipos de casco.
El casco abierto es tradicionalmente la solución más frecuente, pero en los últimos años, con el crecimiento exponencial del sector de las bicicletas de trail y enduro, la proporción es menos clara que antes. Sin embargo, el casco abierto mantiene algunas ventajas muy evidentes.
Por su propia naturaleza, al no llevar mentonera, será siempre más ligero que un casco integral equivalente. El peso de un casco es un factor a tener en cuenta, sobre todo cuando se piensa pasar muchas horas encima del sillín. A pesar de que los cascos integrales han alcanzado niveles excelentes en la balanza, todavía hay unos cientos de gramos de diferencia a favor del casco abierto, lo que puede suponer una ligera diferencia cuando se lleva de la mañana a la noche. El casco Linea 03 Mips + de Dainese llega a 340 gramos en la talla M.
También en este caso, al no llevar mentonera, la ventilación juega a favor del casco abierto. Esto es muy importante durante el verano, cuando el aire que acaricia la cara, sobre todo al ir cuesta arriba, nunca está de más. Sin embargo, no solo cuenta el aire que se recibe frontalmente, sino también el que sale por las aberturas traseras y superiores del casco: El Linea 03 Mips + tiene nada menos que 18.
La característica técnica que distingue a los cascos abiertos de los integrales es la posibilidad, en los primeros, de regular el ancho del ajuste con un anillo situado en la parte posterior, para adaptarlos en cualquier momento o si quieres llevar un gorro debajo del casco, en un día bastante frío.
El casco integral, incluso a nivel visual, es la solución que ofrece más protección. Además, es obligatorio en todos los escenarios de competición de disciplinas como el descenso y el enduro. La mentonera protege el rostro de los posibles golpes que las manos no llegan a amortiguar. Además sirve para proteger contra ramas, piedras o barro que no se pueden esquivar mientras se conduce.
Inevitablemente, pesa más que un casco abierto, pero los cascos integrales de última concepción como el Dainese Linea 01 MIPS han alcanzado un nivel impensable hasta hace unos años: un peso récord de tan solo 570 gramos en la talla M.
En cuanto a ventilación, los cascos integrales más avanzados tampoco tienen mucho que envidiar a los cascos abiertos. En el caso del Linea 01 MIPS, hay 29 tomas de aire. El flujo de aire puede percibirse incluso a bajas velocidades y permite disfrutar del máximo confort y la máxima frescura durante las subidas.
El estudio del casco integral también se basa en la amplitud del campo visual y en la integración con la máscara, la solución preferida cuando se utiliza una protección de este tipo. La mentonera también está diseñada para que nunca represente un estorbo visual.
En el caso del integral, el pico también cobra una cierta importancia. Es fundamental que sea ajustable para decidir el equilibrio que se prefiere entre protección contra los elementos, maximizada al mantenerlo bajo, sobre todo en clima lluvioso, y amplitud del campo de visión, maximizada al mantenerlo alto. El pico del Linea 01 MIPS se ajusta fácilmente con una mano, incluso sobre la marcha.
Tras aclarar las grandes diferencias entre una solución y otra, conviene tener en cuenta algunas características importantes en un casco, ya sea abierto o integral. Las primeras se refieren a la seguridad en sentido estricto.
Las calotas interiores son en cualquier caso de EPS (poliestireno expandido), un material que se comprime en caso de impacto, absorbiendo parte de la fuerza del impacto. Los modelos de cascos más avanzados y seguros cuentan con calota con EPS de varias densidades, que se han mapeado según las zonas del cráneo más sometidas y expuestas a los golpes.
También se ha de considerar la presencia del MIPS® - Multi-directional Impact Protection System. Este ha sido el sistema por excelencia para la protección contra impactos oblicuos durante una década. Este tipo de impactos tiene como consecuencia las aceleraciones rotacionales de la cabeza, que, según los estudios más recientes del sector, se encuentran entre las causas principales de daño cerebral grave. Las colisiones oblicuas o angulares son las que ocurren con mayor frecuencia en la vida real, de hecho es raro que ocurra un impacto en una dirección perfectamente perpendicular a la superficie que la amortigua.
El funcionamiento de la tecnología MIPS® es muy sencillo: el objetivo es hacer rotar la cabeza dentro del casco, favoreciendo el deslizamiento con respecto a la calota exterior gracias a un inserto deslizante. Precisamente este deslizamiento disipa una parte de la fuerza del golpe, por tanto la intensidad general del impacto que se transmite a la cabeza se reduce drásticamente. Los cascos que incorporan esta solución se distinguen de inmediato por el color amarillo del inserto, que se puede identificar observando el interior del casco.
Gracias a las últimas tecnologías, el sistema NFC TwiceMe® se ha incluido en los cascos de bicicleta más avanzados. Se trata de un chip, incorporado tanto en el Linea 01 MIPS como en el Linea 03 MIPS +, que no precisa batería, en el que puedes cargar toda tu información personal y de salud que los socorristas podrán consultar a continuación gracias a los dispositivos suministrados, adquiriendo toda la información importante del ciclista y reduciendo drásticamente el tiempo de primeros auxilios.
Recco® es un dispositivo, incorporado en el Linea 03 MIPS +, gracias al cual el ciclista siempre puede localizarse si se extravía o en caso de emergencia. Consiste en un reflector identificable inmediatamente incluso en condiciones difíciles, por el detector que utilizan universalmente los socorristas.
Por último, pero no menos importante, el sistema de cierre. Una solución cada vez más popular es el sistema Fidlock®, un imán para cerrar y abrir la correa con una sola mano. Para cerrarla, acerca los dos extremos de la correa, luego el imán terminará de cerrarla. Para abrirla, desliza los dos extremos en sentido inverso.
El sistema más tradicional es el sistema de hebilla, que también se suelta rápidamente con una mano, pero se necesitan las dos para cerrarlo. Por otro lado, la correa con doble D, típica de los cascos de moto, no es muy común en los cascos de trail y enduro. Sin embargo, esta solución se adopta universalmente en los cascos integrales de descenso, que son los más parecidos a los cascos de motocross.
Ambas soluciones, abierto o integral, pueden ser válidas en el amplio espectro de las disciplinas modernas de mountain bike. Independientemente del que elijas, lo importante es hacerlo con conciencia y, sobre todo, prestando mucha atención a todos los elementos que determinan la seguridad general que brinda un casco.