La Copa América, el trofeo deportivo más antiguo del mundo por el que aún se compite. Cada cuatro años, los clubes de vela más prestigiosos del mundo se desafían para determinar cuál es el velero y la tripulación más rápida de todos los mares. La 36ª Copa América presentada por PRADA se celebra en Nueva Zelanda, tierra de los Kiwis poseedores del título conquistado en el 2017. Por lo tanto, el Emirates Team New Zealand hace las veces de Defender, y espera a que se decida quién será su Challenger, el retador que el próximo mes de marzo intentará llevar de vuelta el trofeo de la Copa América al hemisferio boreal.
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El desafío por el título de Challenger
Para establecer el nombre del Challenger, se disputa la Copa PRADA, ya conocida como Copa Louis Vuitton. En la Copa PRADA participan tres tripulaciones, que compiten en una serie de regatas preliminares, las round robins, que determinan el acceso a las semifinales y finales. El equipo que consiga la mayor cantidad de puntos en las round robins se clasificará directamente para la final de la Copa PRADA. El otro finalista será quien se proclame ganador en las semifinales, disputadas entre los dos barcos que obtengan menos puntos en las round robin. La final de la Copa PRADA llegará a su fin cuando uno de los dos equipos consiga las siete victorias en una serie de duelos cara a cara.
La actual Copa América solo comenzará en ese momento, cuando se conozca el nombre del competidor del Emirates Team New Zealand. El Defender y el Challenger regatearán de nuevo en el Golfo de Hauraki, frente a Auckland, hasta que una de las dos tripulaciones alcance, una vez más, las siete victorias.
Las tripulaciones de la Copa PRADA
Disputarán el título de Challenger las tripulaciones del Luna Rossa Prada Pirelli, representando al Circolo della Vela Sicilia, los estadounidenses del American Magic, registrados en el New York Yacht Club, y los británicos del Ineos Team UK, que compiten por el Royal Yacht Squadron. Según el reglamento, las tripulaciones deben estar compuestas por al menos un 20 % de deportistas de la misma nacionalidad que el equipo, mientras que los miembros extranjeros deben haber residido un mínimo de 380 días en el país en cuestión, durante la fase de desarrollo del barco anterior a la apertura de las hostilidades, hablando a nivel deportivo.
La MotoGP de los mares
Según la tradición, el equipo de los campeones defensores tiene la ventaja de establecer las reglas de la edición actual de la Copa América. Los nuevos barcos ya no son catamaranes, sino que vuelven a ser monocascos. Los barcos AC75 -esta la denominación de la nueva categoría- son monocascos volantes que cuentan con dos alas móviles a los lados del casco. Estas alas, llamadas foils, permiten que el barco vuele sobre el mar, manteniendo sumergidos solo los foils, o uno de ellos, y el timón. Así se puede reducir drásticamente la fricción con el agua y alcanzar velocidades de 50 nudos, casi 100 kilómetros por hora.
La necesidad de protegerse
Las velocidades cada vez más mayores someten a los barcos y a las tripulaciones a tensiones cada vez más importantes. Caerse en el agua a 50 nudos equivale a una caída sobre el asfalto de un circuito, y, por lo tanto, se precisa cada vez más una buena preparación en materia de seguridad. El Emirates Team New Zealand, Defender de la Copa América, y el Luna Rossa Prada Pirelli, en liza por el título de Challenger, han acudido a Dainese para proteger a sus tripulaciones.
Aplicando la experiencia adquirida en el campo de la MotoGP, Dainese lleva al mar al Sea-Guard, una pechera protectora desarrollada específicamente para el mundo de la vela. Sea-Guard ofrece protección contra los impactos en las zonas más expuestas, como el pecho, la clavícula y la espalda, y garantiza la flotabilidad en caso de caída en el agua, una característica exigida expresamente por el reglamento de la competición. Sea-Guard se ha diseñado para que los regatistas puedan superar sus límites a bordo de embarcaciones cada vez más modernas.
