Es la última vuelta del Gran Premio, el duelo entre los dos pilotos que van en cabeza es feroz y todos los espectadores observan el desenlace en un riguroso silencio. A un par de curvas del final, el corredor que va en cabeza se cae y su contrincante va a cruzar la línea de meta en solitario.
Cuando uno ve un GP en la tele aguantamos la respiración cuando un piloto se cae. A veces lo vemos deslizarse a gran velocidad durante decenas de metros y rezamos para que no le pase nada. El resbalón pasa del asfalto a la hierba y luego a la grava, la velocidad va descendiendo, el piloto se para, ve que está de una pieza y en el mejor de los casos se aleja por su propio pie.
Si hoy en día la mayoría de las caídas no causan demasiados problemas físicos a los pilotos, es gracias a décadas de investigación que han llevado al equipamiento técnico a un nivel de excelencia, inimaginable hasta hace poco tiempo. Además de la espaldera y del airbag, hay detalles en los monos de piel que pueden pasar desapercibidos, pero que marcan la diferencia cuando es necesario.
Durante una caída, el papel de la absorción de impactos está en manos del sistema de airbag y de las protecciones compuestas metidas en el mono, en los hombros, los codos, el pecho y la espalda. Sin embargo, después de absorber los primeros golpes, el trabajo de las protecciones no ha terminado. En este punto es necesario disipar la energía residual dada por la velocidad.
Ayudar a que el piloto se deslice es la forma más eficaz de prevenir lesiones mayores. Sí, el deslizamiento es una forma de protección, ya que es una forma suave de disipar la energía de una caída. El resbalón es lo contrario de una rodadura, el peor de los sucesos que pueden ocurrir normalmente durante una caída, ya que puede causar más impactos y torsiones perjudiciales para las extremidades y las articulaciones.
La rodadura, en muchos casos, se debe a un material que no resiste bien la abrasión contra el asfalto, creando fricción y enganchándose a este último. La solución al problema consiste en utilizar, en puntos estratégicos, materiales que no se deterioren con las altas temperaturas producidas por la fricción contra el asfalto.
El plástico es un material que, combinado con capas de espuma, ofrece una excelente capacidad de absorción de impactos. De hecho, este es el material utilizado en las protecciones que incorporan todos los monos, chaquetas y pantalones Dainese de alta gama para uso en carretera. Sin embargo, no es el mejor material para utilizar en el exterior de las prendas.
El motivo es muy sencillo: el plástico no soporta el roce con el asfalto a altas velocidades sin deteriorarse. Las altas temperaturas generadas hacen que un protector de plástico se funda, sin poder cumplir su función con la misma eficacia inicial. El plástico es un material que ejerce una gran fricción contra el asfalto, por eso es un potencial desencadenante de peligrosas rodaduras y torsiones.
La colocación de placas metálicas en el exterior del mono, en puntos concretos, evita que esto ocurra. El metal puede soportar el calor y tiene propiedades superiores de resistencia a la abrasión. Por lo tanto, es más que capaz de soportar y favorecer el deslizamiento.
Dainese utiliza placas metálicas en los hombros, los codos y las rodillas de sus monos y chaquetas de alta gama, moldeadas para cubrir una amplia zona sin interferir en el movimiento de las articulaciones ni lastrar la prenda de ninguna manera. Para ello, los materiales utilizados son de la máxima calidad, como el aluminio y el titanio, que pueden soportar tensiones extremas y favorecer la ergonomía y el rendimiento.
Las placas metálicas también pueden marcar la diferencia por su capacidad de disipar la fuerza de un impacto. Como hemos dicho, esta energía es absorbida por las protecciones compuestas de plástico, pero una pantalla metálica es sumamente eficaz para distribuir la fuerza de un impacto en una zona más amplia.
La tecnología de las placas metálicas de Dainese se ha desarrollado durante casi dos décadas y se viene poniendo a prueba en las carreras desde principios de la década de 2000. Como siempre, la tecnología se transmite de los monos de los pilotos profesionales a los productos fabricados en serie, que se utilizan en las prendas de pista y carretera, como las chaquetas de tela más deportivas. El titanio y el aluminio no son materiales de uso común en la ropa para motociclistas, pero cuando se persigue la perfección, los detalles siempre marcan la diferencia.