Podemos decir que esto ha sido una sorpresa solo para algunos, o sea, para los menos atentos. En realidad, el 2023 de Marco Bezzecchi no es más que el paso más reciente en una trayectoria coherente, que se basa en la confianza en sus propios medios, en la constancia y en el crecimiento. El es una persona muy concreta, de las buenas, y siempre lo ha demostrado. Un comienzo que en realidad solo se remonta a algunas temporadas atrás, porque Marco, de la generación de 1998, y con sus 25 años, hizo su verdadero debut en 2017, después de apariciones esporádicas y excepcionales, en el sentido estricto de la palabra, en 2015 y 2016.
No todos los pilotos son iguales. No todos siguen la misma trayectoria. Algunos nacen predestinados, otros llegan y ganan enseguida, otros llegan conquistando un metro tras otro y otros cuando ya nadie se lo espera. Marco es un piloto normal, que podríamos situar en la segunda categoría. Eso sí, normal entre los que no lo son; porque el hombre de la calle, como se suele decir, no puede ni imaginarse lo que debe pasar por la cabeza, el corazón y las manos de quienes, por profesión, aparcan la normalidad triunfando cada domingo, ya sea con una victoria o con cualquier otro resultado.
Llegar a correr en MotoGP™, la máxima categoría del motociclismo, es de por sí algo fuera de lo común. Y el Bez, como le llama mucha gente, no solo ha llegado hasta ahí, sino que se ha impuesto a la fuerza, entre los primeros. El año 2023 ha supuesto la consagración del chico de Rímini entre las leyendas del motociclismo con cuatro victorias y numerosos podios más; el tercer puesto en el campeonato no es más que la guinda de un pastel a base de perseverancia y trabajo duro, pero lo mejor es que esto no ha hecho más que empezar, la carrera de Marco ya está en pleno apogeo.
El 23 puesto en Moto3 en 2017 pero ya con un podio en su haber hacia el final de la temporada. Un gran salto en el campeonato de 2018, cuando fue tercero, y llegaron las primeras victorias, tres y corroboradas por otros seis podios. En 2019 quizás hubiera podido jugarse el gran objetivo en la categoría pequeña, pero el atractivo de Moto2 era demasiado fuerte.
Otro año complejo en la categoría intermedia, pero al que siguió un espléndido 2020, con dos victorias y más podios, la señal de una madurez cada vez más evidente y patente. En 2021 sigue en Moto2 y vuelve a subir al podio, en tercer lugar como en 2018. También en este caso, quedarse en esta categoría y aprovechar la experiencia quizás hubiera podido llevarle a un título, pero Marco tiene prisa por crecer y quiere medirse con los primeros de la clase.
El año 2022 se dedica a MotoGP, el más duro de los retos. Un comienzo con altibajos le llevó a subir por primera vez al podio en Holanda, a mitad del campeonato, y luego el final fue in crescendo hasta adjudicarse el título de novato del año. Todo el mundo espera que el año 2023 empiece donde Marco lo dejó, y así es. En la primera carrera larga ya consiguió subir al podio, en la segunda llega la primera victoria de su carrera en la categoría reina, en Argentina. Le siguieron otras en Francia, el Sprint de Assen y otra vez el GP de la India, rematando todas ellas con brillantes clasificaciones, poles y vueltas rápidas.
Marco llega a Valencia algo magullado, las últimas carreras han sido un sufrimiento heroico tras una lesión en los entrenamientos que le ha condicionado el final de la temporada, seguido de un obligado regreso a Australia. Estos son puntos importantes, faltaría más, si se lo hubiera tomado con calma probablemente no estaríamos celebrándolo ahora, pero tampoco se llamaría Marco Bezzecchi.
Ahora un merecido descanso, pero solo lo mínimo necesario para recuperar una forma perfecta. Y luego ¡a correr!, porque 2024 ya está aquí, y los guerreros como Marco no se duermen en los laureles.