Dolomiti Superski, con sus 1246 kilómetros de pistas, es el resort de esquí más grande de Italia y uno de los más grandes y famosos del mundo.
Si muchos conocen la Saslong o la Gran Risa, famosas por ser el escenario de las pruebas de la Copa del Mundo, pocos saben que sus más de 3000 kilómetros cuadrados de superficie esquiable esconden algunas joyas nevadas que se aprecian por muchos motivos.
Hemos hablado con nuestros deportistas y con los técnicos de Dolomiti Superski, quienes cuidan las pistas todos los días y en todas las temporadas, y conocen todos sus secretos. Estos son nuestros consejos para descubrir las pistas menos transitadas que quizás no conozcas.
Dificultad: fácil
Longitud: 2,8 km
Fácil de recorrer y con desniveles moderados, la pista que conecta el Pralongià con el Piz Sorega es para quienes buscan un recorrido fácil desde el punto de vista técnico, pero divertido por su longitud (2829 metros). Tiene pendientes suaves para inclinarse cómodamente y disfruta de una iluminación constante durante el día. Pero merece la pena descubrirla sobre todo para los amantes de los panoramas dolomíticos: al atardecer, desde este lugar, se puede ver la enrosadira, ese fenómeno por el cual las cimas de las montañas adquieren el característico e inconfundible color rojizo-púrpura en las horas en que sale y se pone el sol.
Dificultad: media
Longitud: 2,2 km
Hablar de Castellazzo es hablar de tres pistas que se distinguen por un número progresivo (del 1 al 3) y que se caracterizan por numerosas variantes que las unen. Las tres pistas de Castellazzo son equivalentes en dificultad y se despliegan con continuos cambios de pendiente, a lo largo de laderas desprovistas de vegetación. Al igual que la Fiamme Gialle, de la que hablaremos más adelante, se eligieron como lugar de entrenamiento de la selección italiana de esquí paralímpico en vista de los Juegos Olímpicos de 2018.
Dificultad: media
Longitud: 2,2 km
Esta pista homologada para carreras especiales de eslalon se encuentra en Passo Rolle. La pista se caracteriza por un «muro» justo encima de la llegada del telesilla Ferrari. Esta pista es la alternativa más sencilla a la Paradiso 1 y está recomendada para quienes quieran admirar la vista desde la terraza natural ubicada a la llegada del telesilla, sin verse obligados a afrontar una pista negra.
Dificultad: media-difícil
Longitud: 3,3 km
Es una de las cuatro vías que conectan Porta Vescovo con Arabba. La más variada y empinada, así como la menos transitada, es la negra Sourasass. Casi tres kilómetros de emociones, con un desnivel de más de 700 metros y pendientes máximas hasta del 45 %, mientras que la pendiente media es del 25 %. Aunque estos datos pueden atemorizar, el ancho de la pista es de 27 metros, con una excelente posibilidad de esquiar. Además, la exposición al norte garantiza nieve de calidad invernal hasta la primavera.
Dificultad: media
Longitud: 1,7 km
Se encuentra en la zona de esquí de Tondi - Faloria y es una de las pistas más famosas de la zona de esquí de Cortina d'Ampezzo: aquí tuvo lugar el eslalon gigante masculino en los Juegos Olímpicos de 1956. La pista está dividida en Vitelli Alta (negra) y Vitelli Bassa (roja) y, a pesar de ser bastante estrecha, se disfruta mucho por la alternancia de muros y ligeras pendientes. Aunque se encuentra en una zona de esquí muy concurrida, está lejos de los remontes y refugios: discurre por largos tramos en el bosque, y garantiza el contacto directo con la naturaleza del lugar.
Dificultad: fácil
Longitud: 700 m
Una de las numerosas leyendas que rodean la historia del Alpe di Siusi es la de una antigua bruja que vivía en la zona y visitaba la cima del monte Bullaccia, donde se sentaba a admirar la vista desde lo alto. Hoy esa bruja le da nombre a esta pista (de hecho, a las dos pistas gemelas, a saber, Hexe / Strega 1 y 2) muy amada por familias y niños porque es fácil de recorrer y muy soleada. La pendiente Hexe / Strega 1 es un descenso azul, mientras que la Hexe / Strega 2 es una roja de 700 metros de largo y 87 de altitud.
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Dificultad: media
Longitud: 2,7 km
Es para muchos pero no para todos: la zona de Latemar cuenta con seis pistas para probar al menos una vez si vas en busca de emociones fuertes. Sin embargo, para abordarlas y apreciar plenamente sus características, necesitas una buena técnica. Empezamos por la Oberholz, que fue la primera pista de la instalación de esquí inaugurada en 1970, además de ser la más conocida: sus 2750 metros, sumados a más de 500 metros de desnivel, han sido sede de numerosas ediciones de la Copa de Europa, lo que demuestra que su pista es una de las más completas y variadas que ofrecen los Dolomitas.
Dificultad: difícil
Longitud: 1,6 km
Sin duda más difícil que la anterior, la Maierl es una de las negras por excelencia. No es casualidad que aquí se celebre el eslalon valedero para la Copa de Europa. Los datos hablan por ella: 1600 metros de largo, 53 metros de ancho promedio, una pendiente máxima del 55 % y 433 metros de desnivel. En definitiva, la típica tira de nieve por la que lanzarse hacia el valle.
Dificultad: fácil o difícil, según la variante
Longitud: 2,3 km
La pista Pala di Santa comienza en la soleada meseta ubicada a 2400 metros sobre el nivel del mar. Para bajar al valle hay dos alternativas. La primera es muy fácil y ofrece una de las vistas panorámicas más hermosas de la zona. La segunda es muy difícil y es la verdadera razón por la que esta pista es tan popular entre los amantes de las pendientes empinadas. Nos referimos al Muro di Santa, un tramo que cuenta con una increíble pendiente del 58 %.
Dificultad: media
Longitud: 2,6 km
Larga y ancha, la Agnello es una de las pistas más conocidas de la zona. Esta autopista de las nieves tiene una superficie homogénea y curvas muy largas, que ofrecen una gran diversión. Desde Alpe di Pampeago se desciende por un primer tramo rojo. En la parte inicial no es empinada, pero si tenemos en cuenta la variante del empinado Muro (350 metros de longitud), se convierte en un circuito muy técnico con muchas trayectorias posibles. Sin embargo, la Agnello no solo es una pista para los amantes del esquí: los 2,6 kilómetros de largo serpentean por RespirArt, una de las galerías de arte al aire libre más altas del mundo, compuesta por numerosas obras de madera y otros materiales.
Dificultad: media-difícil
Longitud: 2,6 km
Fue en esta pista donde en los años 70 los mejores esquiadores de Italia, Austria, Suiza, Francia y Alemania lucharon por alzarse con la Copa de las Cinco Naciones, a la que debe su nombre. Es una «roja» bastante difícil que presenta muchas variantes, gracias a lo cual se puede esquiar por el mismo lado de la montaña, descendiendo cada vez desde una pista diferente.
Dificultad: difícil
Longitud: 1,5 km
Se llama así porque recibe su nombre de la famosa aguja dolomita del Latemar y de su refugio. Esta pista negra cuenta con la pendiente más alta de las del Centro de Esquí Latemar: 59 por ciento con una diferencia de altura total de 459 metros, con una longitud total solo de 1500 metros. En resumen, un subidón de adrenalina, combinado con un panorama que va desde Pale di San Martino hasta el Adamello. No hace mucho sol, al contrario, sus paredes suelen congelarse. Para los principiantes, es mejor seguir adelante.
Sea cual sea la pista que nos preparamos para afrontar. Difícil o fácil, conviene prepararse siempre de la mejor manera posible. Y para afrontar cada salida sin preocupaciones y poder concentrarse plenamente en el rendimiento o la diversión, hay que protegerse. Sobre todo, el casco y la espaldera son elementos imprescindibles en cualquier descenso.
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