Vanessa Ruck , conocida como "La chica de la moto", se aficionó al motociclismo tras un accidente que le cambió la vida. Siempre está con la moto explorando algún sitio y su misión es demostrar que no hay nada imposible si realmente lo quieres.
Es irónico que nos sintamos más vivos cuando nuestro corazón te da un vuelco en el pecho. Ya nos advirtieron durante el entrenamiento de la mañana —sobre un terreno rocoso con una mezcla de arena profunda, losas agrietadas duras y piedra suelta— de que la cosa se podía poner difícil, pero mientras que mi vista escrudiñaba el terreno, sabía que tenía que concentrarme. Respiré profundamente mientras se calmaba mi mente, me relajé siguiendo el ritmo de la moto y seguí adelante. La arena profunda se entrelaza con las ruedas de la Ténéré, como un millón de pequeñas manos de arena, desesperadas por alejarme del camino elegido.
Acelero, echando mi peso de 62 kg lo más atrás posible para dejar que la rueda delantera de la Ténéré flote por la arena. Nuestro ritmo se calma y parece que estamos entre planeando y surfeando. Mi visión periférica capta los destellos del mar que se precipita por debajo de las escarpadas cimas de los acantilados que se encuentran a pocos metros de la pista, mientras intento mantener la atención en lo que me espera. Mis sentidos están anulados, pero me siento tranquila. Y entonces, "bang", chocamos contra las losas ocultas del lecho de roca como si fueran icebergs en un mar de arena. La rueda delantera salta hacia mí cuando la suspensión se comprime, seguida rápidamente por las rodillas, y absorbemos el impacto como un largo resorte. Es impresionante conducir por aquí.
Al detenerme un kilómetro y medio después, mi corazón se acelera, mi respiración se vuelve rápida y profunda, y una sonrisa se extiende por mi cara tan amplia como las extensas vistas. Estaba feliz de seguir en pie, y las sonrisas llenas de adrenalina de los otros pilotos que me acompañaban decían lo mismo. Mirando por encima del hombro veo que no todos los que me siguen han tenido tanta suerte. Veo dos motos tumbadas en la parte más profunda de la arena. Las barras están hundidas y las motos son un peso muerto.
Cuando vi cómo los pilotos recurrían a su fuerza y a su entrenamiento para liberarse del abrazo de la arena, cómo sus pies luchaban por aferrarse al terreno, di las gracias al cielo de estar mirándolos y de no estar no allí abajo con ellos.
En un viaje organizado para ofrecer una increíble aventura y entrenamiento a la vez, queda claro por qué es un concepto perfecto. Estamos en Cerdeña con el equipo Expedition Masters de Dainese, dando una vuelta a la isla en una flota de Yamahas Ténéré, absorbiendo todo el entrenamiento que nuestros cansado cerebro puede absorber, mientras recorremos algunos de los terrenos mixtos más increíbles de la Tierra.
Antes, en nuestro campo de entrenamiento off-road, nos habíamos aprendido el arte de cómo levantar una moto de aventura. Hay muchas maneras de lidiar un toro y lo mismo ocurre con cómo hay que levantar una moto, según el escenario y lo liado que te encuentres en el terreno. Puede parecer una cosa fácil, pero hay mucha gente que saca la espalda hacia fuera y que no aprovecha correctamente la ergonomía de la moto. O peor aún, no intentan levantarla hasta que todo se hace un lío. Si crees que los moteros lo tienen difícil para levantar una moto de 130 kg, prueba a levantar una moto de aventura de más de 200 kg en la arena cuando estás agotado.
Estaba esperando mi turno con mi Ténéré, mientras que observaba en silencio a la siguiente víctima que tenía que levantar su moto; la verdad es que no tenía ganas de ser la siguiente. Pero para mi sorpresa, incluso con mi cadera reconstruida, utilizar el método de la sentadilla y la barra fue algo "fácil". Es una de esas cosas que nunca te enseñan cuando haces el examen, y que no sabes que lo vas a necesitar hasta que te encuentras en la naturaleza junto a una moto tumbada. Las palabrotas no levantan las motos, pero la técnica sí. La lección de hoy ya me ha dado confianza para mantenerme concentrada y para no acabar teniendo que poner en práctica el levantamiento de la moto.
Con mucha energía, seguimos adelante. Momentos después, estamos pilotando nuestras motos en un asfalto que se retuerce sutilmente mientras continuamos nuestra circunnavegación de Cerdeña. Es la segunda isla más grande del Mediterráneo y da la impresión de ser un microcontinente con su diversidad de paisajes, por eso es una meca del motociclismo de aventura. Un desierto de paisajes vírgenes, montañas, bosques, llanuras, extensiones de territorio en gran parte deshabitado, arroyos, costas rocosas y largas playas de arena, todo esto es Cerdeña. También cuenta con una increíble infraestructura de carreteras, y podría decirse que las superficies de la calzada de la isla son de las mejores de Europa. De hecho, ¡no vi ni un solo bache! Y hay algo increíblemente satisfactorio en poder disfrutar de una vuelta completa a este paraíso en una semana solamente.
Lo que necesitas es una chaqueta totalmente impermeable, térmica y ventilada para las cuatro estaciones. D-Explorer 2 Gore-Tex®, el icono del adventure touring de Dainese, podría ser ideal para ti.
Disfrutamos de emocionantes carreteras asfaltadas para satisfacer la sensación de acumular kilómetros en un bello paisaje, antes de recorrer las pistas off-road que anhelaban ser exploradas. Todo es cuestión del lugar que elijas para conducir. Nuestro programa ofrecía una deliciosa mezcla de curvas suaves y cerradas, miradores junto a los acantilados en los que detenerse y disfrutar de las vistas, y rectas para dar caña al acelerador. Es un entorno perfecto para conducir en carretera, pero luego se puede bajar el ritmo y entrelazar la sección asfaltada con kilómetros de pistas de tierra, caminos rocosos que serpentean por las montañas, recorriendo los fondos de los valles y los cruces de ríos, pintados con el telón de fondo del Mediterráneo.
La capacidad de mi mente para adaptarse al terreno llegó a ponerse a prueba con las variadas rutas de Cerdeña. Puedes estar conduciendo por asfalto y luego pistas polvorientas, hormigón, y después por arena, barro resbaladizo y rocas. Esta mezcla de terrenos da a tu cerebro un entrenamiento intenso cuando la marcha es lenta y técnica, y luego un impulso relajado cuando la carretera se despliega bajo tus ruedas.
Yo empecé entrando en pánico a cada dos por tres. Ignorando la ciencia de la carretera o de cualquier entrenamiento, agarraba los frenos, demasiado pronto o demasiado tarde, provocando momentos bastante incómodos de alarma total. Pero los campos de entrenamiento en carretera me proporcionaron un momento eureka, en el que llegué a entender cómo actuar en la moto y a reaccionar ante las condiciones de la carretera. No basta con analizar una situación. Hay que saber reaccionar y adaptarse en cualquier momento. La formación me ayudó mucho, hasta el punto que comprendí cuándo los frenos delanteros y los traseros desempeñan funciones diferentes en carretera, al igual que lo hacen feura de ella.
Mi cuerpo necesitaba que le dieran un toque de atención para que se implicara más en mi conducción por carretera. Rincones que el día anterior me habrían puesto nerviosa, de repente se convierten en un delicioso baile. Rodando de vértice a vértice en las amplias carreteras de Cerdeña, podía sentir el movimiento en mi core mientras hacía girar la Ténéré en cada curva. Las curvas que antes se estrechaban inesperadamente se evaporan con el deseo de seguir rodando. Desde el primer al sexto día mi conducción por carretera se transformó por completo. La repetición a lo largo de la semana fue algo decisivo para mí.
Muchos de los mejores corredores de pista recurren al off-road para mejorar sus habilidades con la moto, así que sabía que una expedición con una proporción de 50/50 de conducción en carretera y off-road sería una forma ideal de mejorar mi conducción en ambos contextos. Todas las noches, mientras disfrutábamos de una o dos copas de vino de la región, repasábamos la teoría de conducción para el día siguiente. La sesión informativa de la mañana con nuestros guías expertos resumía lo que habíamos aprendido el día anterior, además de la ruta que íbamos a recorrer.
El aprendizaje práctico fue la recompensa de los campos de entrenamiento del viaje, donde siempre había un experto a mano para ayudarnos a perfeccionar las habilidades que estábamos aprendiendo. El resto del tiempo practicamos abordando la aventura, que en mi opinión es el mejor tipo de aprendizaje.
L’apprendimento pratico è stata la ricompensa concreta dei training camp, dove c’era sempre un esperto a disposizione per aiutarci ad applicare e perfezionare le tecniche che stavamo imparando. Il resto del tempo era sì apprendimento, ma mescolato all’avventura – il migliore e più godibile tipo di “scuola”, secondo me.
Hay que elegir una chaqueta versátil, para abordar todos los caprichos climáticos y meteorológicos, y cómoda de llevar en todos los viajes. ¿Qué chaqueta tengo que elegir?
Luca, nuestro jefe de ruta, detiene al grupo para informarnos sobre una subida técnica. Es rocosa, está llena de baches y agua, y es algo que no todos vamos a saber hacer. Habíamos hecho la teoría y la preparación, pero este era un desafío de los grandes. Mientras que examina el grupo, seleccionando cuidadosamente a los pocos que tienen la destreza para intentar el desafío, tengo la impresión de que vuelvo a estar en el cole, con el niño popular eligiendo a los miembros de su equipo... ¿me elegirán a mí? Para mi alegría, la mirada de Luca se fija en mí. "¡Vanesa, te toca!" ¡Allá vamos!
Mientras espero abajo y observo cómo los chicos abordan la subida uno a uno, aumenta la tensión dentro de mí. Puedo sentir el latido galopante de corazón, pero hay algo mágico cuando alguien cree en ti. Luca estaba seguro de que podía hacerlo, así que yo también podía estarlo. Después de haber trabajado conmigo durante los últimos días, ayudándome a ganar confianza y control, Luca creyó que yo podía enfrentarme a este desafío. Esa es una de las cosas que más me gustan de conducir con pilotos que son mejores que yo: cuando ellos ven que tú puedes, te dan la confianza extra que necesitas para superar tus límites con seguridad.
¿Lo conseguí? Sí, ¡lo hice! Sonriente y con calma, estaba eufórica por haber logrado algo que no habría abordado una semana antes. Es una de las principales motivaciones para combinar unas vacaciones con la moto con entrenamiento. Se trata de hacer que el viaje, la conducción y los recuerdos sean lo más valiosos posible, enriqueciendo cada kilómetro que recorras sobre dos ruedas.
Una semana de aventura a través de un paisaje increíble, con una gran compañía, pero la guinda fue que mejoré la forma de conducir en unos pocos días más de lo que podía haber hecho en años sin una guía experta. Esa experiencia fue perfecta. Después de siete días y 1300 km recorriendo carreteras insulares, caminos de herradura y las rutas más espectaculares de Cerdeña, me siento mucho más segura y cómoda sobre una moto de aventura en todos los entornos. Aprender a ser mejor piloto mientras se disfruta de unas impresionantes vacaciones en moto parece la forma perfecta no para escapar del mundo real, sino para ir en su busca.
Expedition Masters hace que los pilotos se encuentren en entornos inmersivos, viviendo para la aventura diaria. El terreno, el entorno y el clima exigen mucho al equipo y Dainese se enorgullece de saber que su equipo está perfectamente diseñado para la tarea en cuestión. Tanto si se trata de abrir las ventilaciones para el sol, como de vestirse con capas para frentes fríos o mantenerse seco en esas tormentas de lluvia tan comunes, el equipo Dainese —que va desde las capas básicas técnicas hasta la protección externa— está listo. Como mujer motorista, fue increíblemente emocionante encontrar por fin ropa adv bien ajustada, protectora y con un diseño 100% femenino.
.png)
