Me llamo Jean-Jacques, pero cuando viajo me apodo Jef, por el escritor y periodista Joseph Kessel, cuyos libros alimentaron mi imaginación durante la adolescencia. Y como el nomadismo es una verdadera forma de vida para mí, decidí ser Jef Le Saltimbanque. Crecí viajando porque mi padre era un expatriado, primero en Turquía y luego en Portugal. Durante mi vida, he practicado varias aficiones: esquí, buceo, buceo subterráneo, globos aerostáticos y sobre todo equitación. En 2003/2004, hice mi primer viaje en moto de 16 meses durante el cual recorrí África. Escribí un primer libro sobre esta aventura (El pañuelo azul, cuentos de una promesa con el pseudónimo Jean-Jacques Aneyota). En 2018, volví a Asia, donde estuve 16 meses, y ahora estoy preparando una gira mundial sin límite de tiempo. Mi modelo es Hubert, que viajó durante los últimos 14 años de su vida. Venga, sí... Estoy a punto de cumplir 60 años.
Empezaré este relato con una primera verdad: la mejor moto para viajar es tu moto favorita. Y puedes viajar con cualquier moto. Sjaak Lucassen hizo una gira mundial de 5 años con una moto súper deportiva: una Yamaha R1. Juvena, que se hace llamar «la avispa errante», viajó durante 3 años desde Singapur a Europa en una Vespa. Por lo que yo sé, los Forwood hicieron el viaje en moto más largo de la historia: en 16 años tocaron todos los países del mundo, algunos más de una vez, con un total de unos 500.000 km, juntos en una Harley-Davidson.
Así que sí, TODAS las motos te permiten viajar, pero -porque hay un pero- unas más que otras. Entonces, aunque eso signifique elegir solo una, podrías escoger la que se adapte más al viaje que estás planeando. Y aquí llegamos a la segunda verdad, que aparentemente es lo contrario de la primera: la moto ideal para viajar por Europa probablemente será menos idónea para cruzar África. Y viceversa. Así que la primera pregunta que has de hacerte antes de elegir una moto es: ¿A dónde quiero ir? ¿En qué condiciones y cuánto tiempo?
En cuanto a mí, hice dos viajes largos, de 16 meses cada uno, en una vieja BMW R100 GS de 1991. El primero fue el tour por África en 2003/2004. El segundo me llevó a Asia en 2018/2019. Ahora me estoy preparando para dar la vuelta al mundo y estoy preparando una BMW Xchallenge de 650 cc. A continuación contaré mi experiencia y las razones de mi decisión. No pretendo dar una verdad absoluta y cada cual tendrá que tener su propia experiencia. Sin embargo, espero dar algunos consejos.
En ese momento había comprado una BMW R100 GS, una bicilíndrica de 1000 cm³ con una rueda delantera de 21 pulgadas. En realidad, estaba buscando una R80 GS de 800 cm³, un poco más ligera, pero ya era bastante difícil de encontrar y por lo tanto cara. También había pensado en comprar una Honda Africa Twin. Lo que me llevó a comprar la BMW es que esta marca había sido utilizada durante mucho tiempo por la policía de África Occidental y, por lo tanto, a priori, tenía más oportunidades de encontrar piezas de repuesto usadas in situ. Y, efectivamente, eso es lo que sucedió: cuando llegué a Ghana, encontré un motor de arranque de segunda mano menos de 48 horas después de que el mío me dejara tirado. A posteriori, creo que la Africa Twin hubiera sido más adecuada y, sobre todo, habría necesitado menos transformaciones.
Ahora voy a presentar cuatro criterios importantes para elegir una moto para viajes de larga distancia:
Y añado un quinto criterio: si piensas ir a países donde te piden el Carnet de Passage en Douane (CPD) en la aduana, lo mejor es que el valor de mercado oficial del vehículo sea lo más bajo posible. En función del país al que quieras ir, tendrás que dejar entre el 100 % y el 250 % del valor de la moto como fianza en el Automóvil Club. ¡Y esta cifra aumenta rápidamente! ¡Y además... si te roban la moto, corres el riesgo de que no te devuelvan el depósito!
Después de 16 meses de viajar por el continente africano, esto es lo que puedo decir sobre los pros y los contras de mi BMW:
Los pros:
Los contras:
¡El peso, el peso, el peso! Esto hace que algunas partes off-road sean difíciles, sobre todo si hay barro.
La cilindrada es excesiva. La potencia en viajes largos no es muy útil. Nunca se conduce a velocidades excesivas, tanto para salvaguardar el chasis en general y especialmente los neumáticos, como por motivos de seguridad. En muchos países, otros conductores no están acostumbrados a las aceleraciones o velocidades que pueden alcanzar estos motores, por eso no dudarán en cortarte el camino, porque en su percepción todavía estás lejos y por lo tanto piensan que tienen tiempo de pasar. Además, una gran cilindrada supone un mayor consumo de combustible y por tanto una mayor cantidad de combustible para una determinada autonomía y por tanto... aún más peso.
Para terminar, aquí hay un resumen de los problemas mecánicos que encontré en ese primer viaje:
Lo que nunca me dio problemas:
El motor
El chasis y las ruedas
El cableado eléctrico
La caja de cambios
No voy a hablar del segundo viaje para no repetirme. Empecé con la misma moto, mi R100 GS, que se había desmontado y reparado por completo antes del viaje. Como la primera vez, el problema principal fue el peso de la moto, sobre todo en los puertos de montaña con subidas vertiginosas. Tanto es así que, al cruzarnos con un minibús en una carretera muy estrecha, al borde del precipicio, me prometí que nunca volvería a viajar en una moto tan pesada. Por eso, decidí preparar una nueva moto para dar mi próxima vuelta al mundo. Esta vez mis criterios de selección fueron los siguientes:
Pensé en una Yamaha Ténéré 700. Pesa unos 190 kg en seco. El consumo medio según el fabricante es de 4,3 litros/100 km, por lo tanto tenemos algo menos de 400 km de autonomía en la configuración original. Para que te hagas una idea, el peso en seco de la R100 es de 210 kg, o sea que ganaría 20 kg: es una buena relación calidad-precio, pero no lo suficiente para lo que pretendo hacer, que es emprender una nueva travesía de África a través de las temidas vías congoleñas. Dicho esto, creo que actualmente es una de las mejores motos para hacer viajes de larga distancia. Además, está equipada con un bicilíndrico que aumenta el confort de marcha. El único defecto importante es que es muy reciente y su valor de mercado sigue siendo alto, y eso puede plantear un problema con respecto a la fianza del CPD.
Así que pensé en coger una pequeña moto de enduro de 400 cm³, como la Honda 400 XR, que es por excelencia la moto ideal para cruzar el Congo. Además, como mínimo cumple con 5 de mis 6 criterios. Sin embargo, no estaba seguro del todo de que cumpliera con el punto 6, y su capacidad de carga muy limitada.
Al final opté por una moto de enduro de 650 cm³: la BMW G650 Xchallenge. Y aquí están las razones:
Su peso en seco solo es de 140 kg: es una gran diferencia con respecto a mi moto anterior, aun teniendo en cuenta los kilos de más añadidos durante la preparación para un viaje largo.
El motor monocilíndrico Rotax es reconocido por su fiabilidad
Consume solo unos 3,6 litros/100 km: en comparación con la autonomía de mi vieja moto, supone casi 16 litros menos de combustible a bordo. Naturalmente, para tener 700 km de autonomía en la R100, necesitaba un depósito de 43 litros. En la nueva moto, 25 son suficientes. Eso me ahorra 12 kg más de peso total, con la misma autonomía.
Su valor de mercado es bajo porque no es una moto muy reciente, por tanto responde al problema que plantea la fianza del CPD.
Algunos viajeros ya han hecho tours alrededor del mundo con esta moto, y este aspecto me tranquilizó. Por fin, me enamoré de ella haciendo un corto tramo de carretera con un noruego que conocí en Kirguistán y que viajaba en este modelo.
Pero hay dos inconvenientes: puede ser difícil encontrar piezas de repuesto para este modelo, ya que su distribución ha sido bastante limitada. Esto, sin duda, me impondrá un cierto rigor logístico para solucionar el problema. Por último, se trata de un monocilíndrico, por tanto el confort de conducción es inferior al de un bicilíndrico. Pero este aspecto no estaba dentro de mis criterios de selección.
En conclusión, no tengo una verdad absoluta. La elección de la moto es muy personal y también depende del objetivo que tengas. Si estás pensando en un viaje a Europa o América del Norte, los criterios de selección serán diferentes. En ese caso, necesitarás una moto cómoda que pueda cubrir largas distancias sin que el motor se canse demasiado. Del mismo modo, para viajar por la Ruta de la Seda en un periodo bastante corto, tal vez sea preferible una moto que te permita cubrir lo más rápido posible las etapas de las conexiones necesarias para llegar a Asia Central. Sin embargo, también hay que reconocer que esto será a expensas del placer y la facilidad de conducir a la llegada y en ciertas rutas todoterreno bastante «complejas».
Para terminar, si puedo dar un último consejo, si viajáis dos personas con dos motos, os conviene comprar el mismo modelo. Esto reducirá la cantidad de repuestos que hay que llevarse. Me olvidaba de lo más importante: ¡Que os lo paséis bien!